CD Jobim Forever, by Distrito Jazz

http://www.distritojazz.com/

Es muy difícil resistirse a la música de Antonio Carlos Jobim.

Bueno, salvo que sea uno de esos trascendentales perdidos en el free jazz y asimilado.

Pero si eres un tipo normal, lo cierto es que la música del compositor brasileño te va a gustar sí o sí.

La prueba de lo anterior es el disco ‘Jobim forever’ del pianista brasileño Antonio Adolfo.

Vale, es cierto, Adolfo juega, si se quiere, con cartas marcadas, esto es, con las interpretaciones de las canciones más conocidas, populares y mil veces versioneadas de Jobim.
Pero, ¿a quién le importa?

Y es que aquí y ahora somos resultadistas, y en este caso significa que lo que suena es bonito, amable, intenso y brillante.

Esto es, un motivo para sonreír, para saber que, como, remedando a un populista y demagogo, sí en este asqueroso mundo la belleza sigue siendo la única forma de protesta que merece la pena.

Ahí habría que decir que también la verdad.

Y en las interpretaciones de ‘The Girl From Ipanema’; ‘Wave’; ‘A Felicidade; How Insensitive’ y demás grandes canciones, a cargo de Antonio Adolfo hay verdad y belleza.

Quizás el nombre de Antonio Adolfo no os diga demasiado, lo que no es de extrañar, pues es un músico que se ha dedicado sobre todo a acompañar a grandes artistas brasileños, caso de Elis Regina, y al mundo de la educación musical – en 1985 fundó el Centro Musical Antonio Adolfo en Río de Janeiro.

Dos de su tres últimos discos han sido nominados a los premios Grammy Latino como Mejor Álbum de Jazz Latino, que bueno, ya se sabe que son lo que son, pero que, en estos casos dan pistas.

Aquí tengo que entonar, genuflexo, con la cabeza gacha y la manos en la espalda, un ‘mea culpa’ («Confiteor Deo omnipotenti, et vobis, fratres; quia peccavi nimis cogitatione, verbo, opere et omissione: mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa»), por la poca atención que le dispensamos en este santo lugar a la música brasileña en su vertiente jazzística, porque este ‘Jobim forever’ vuelve a poner de manifiesto, por enésima vez, que los músicos brasileños juegan en otra liga.

Y ahora a seguir disfrutando de este bonito ‘Jobim forever’.

Vale.